Una agradable sorpresa me informó mi web master (palabra elegante para definir al medio pollo que me ordena mi blog), porque else encarga de ver las estadisticas, señalándome que en www.estudiantesdederecho.cl me habían linkiado.
Traduzco, sucede que a propósito de mi artículo sobre las elecciones de la FECH, los chiquillos en su página de la Universidad de Chile pusieron mi dirección para que desde ahí me visiten, y saben una cosa, mis nalgas se precipitaron bruscamente al suelo (es decir me fui de raja) al comprobar que los jóvenes me han visitado caleta, según las estadísticas, ¡¡ ke bakan!!!.
No me cabe un alfiler en el que te jedi de pura emoción, no es común que los jóvenes pesquen a los viejos, y no porque no quieran ellos, sino porque nosotros, los viejos, ponemos barreras, una de ellas es tratar de darle lecciones, cuando los cabros de ahora son terrible de avispados.
No pude evitar que se me viniera a la memoria el grato recuerdo de un viejo que fue el primer presidente de la FECH, con el incondicional apoyo de don Valentín Letelier que a la sazón (1906) era Rector de la Universidad.
¿Por qué hago recuerdo del entonces estudiante de medicina y después distinguido medico? Porque en algún momento, que desconozco, se honró al primer presidente de la Fech poniéndole su nombre a un pedacito de calle ubicada en calle Monjitas entre San Antonio y Mc Iver, es como un pasaje por donde se entraba a Chilectra y hoy es entrada a un edificio de departamentos. En la esquina donde hay un restorán de comida china, hasta hace poco estaba la señalética de la calle.
Esta claro que la Fech, una de las organizaciones más antiguas de América, al menos, nace de la inspiración y hasta cierto punto imposición de un distinguido radical, ideólogo y símbolo de compromiso patriótico, don Valentín Letelier.
Chiquillos, nadie sabe lo que les depara el futuro, lo cierto que gran parte de ese futuro será producto de sus principios esfuerzos y materialización de sueños, y quizás, algún día, uno de Uds., será como este viejo radical que ocupa su tiempo en soñar como adolescente a la grupa de vuestros briosos corceles de la ilusión.
Nabuco.
Traduzco, sucede que a propósito de mi artículo sobre las elecciones de la FECH, los chiquillos en su página de la Universidad de Chile pusieron mi dirección para que desde ahí me visiten, y saben una cosa, mis nalgas se precipitaron bruscamente al suelo (es decir me fui de raja) al comprobar que los jóvenes me han visitado caleta, según las estadísticas, ¡¡ ke bakan!!!.
No me cabe un alfiler en el que te jedi de pura emoción, no es común que los jóvenes pesquen a los viejos, y no porque no quieran ellos, sino porque nosotros, los viejos, ponemos barreras, una de ellas es tratar de darle lecciones, cuando los cabros de ahora son terrible de avispados.
No pude evitar que se me viniera a la memoria el grato recuerdo de un viejo que fue el primer presidente de la FECH, con el incondicional apoyo de don Valentín Letelier que a la sazón (1906) era Rector de la Universidad.
¿Por qué hago recuerdo del entonces estudiante de medicina y después distinguido medico? Porque en algún momento, que desconozco, se honró al primer presidente de la Fech poniéndole su nombre a un pedacito de calle ubicada en calle Monjitas entre San Antonio y Mc Iver, es como un pasaje por donde se entraba a Chilectra y hoy es entrada a un edificio de departamentos. En la esquina donde hay un restorán de comida china, hasta hace poco estaba la señalética de la calle.
Esta claro que la Fech, una de las organizaciones más antiguas de América, al menos, nace de la inspiración y hasta cierto punto imposición de un distinguido radical, ideólogo y símbolo de compromiso patriótico, don Valentín Letelier.
Chiquillos, nadie sabe lo que les depara el futuro, lo cierto que gran parte de ese futuro será producto de sus principios esfuerzos y materialización de sueños, y quizás, algún día, uno de Uds., será como este viejo radical que ocupa su tiempo en soñar como adolescente a la grupa de vuestros briosos corceles de la ilusión.
Nabuco.
1.- Ducci el año 1909 viendo las instalaciones del primer centro radiológico del Jota Aguirre
2.- Ducci a los 40 años.
Discover Django Reinhardt!
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