Este es un Blog para los Radicales de tomo y lomo.

DE PIE RADICALES CHILENOS. LEALES PERO NO SUBORDINADOS, SOCIOS POLITICOS, NO COMPLICES

martes, 23 de octubre de 2007

ME QUEDE SOLO TODA UNA TARDE...

El fin de semana, no quise salir a ninguna parte, Amanda vino a buscar al al “bruja” y yo me quedé solo en casa, así que aproveché de ordenar un poco el cuarto de los cachureos y que alguna vez lo usé como cuarto de de herramientas y de maestreo.

Tenía habilitado un banco de trabajo con todas esas cosas que son necesarias para “maestriar” sin que nadie moleste y ahí, por ejemplo, a la entrada de cada invierno limpiaba la estufa Factomet, revisaba la resistencia de la plancha eléctrica, porque en mis años mozo no traían todas esas guarifaifas de termostato y cuestión para echarle agua y que esta se transforme en vapor, además había que limpiarla para sacar el almidón quemado que iba quedando y que “mulcaba” el cuello de las camisas, claro que esto es chino para los cabros de ahora, sepan Uds que se podía vivir sin Tele ni Internet, ni Nintendo, ni Play Station, y todas esas cosas que hacen que los jóvenes de ahora sean menos habladores que el Chino Rios en conferencia de prensa. Tambien aprovechaba de hacerle mantención al “chancho eléctrico” Fakir, (le revisaba los carbones, que los cables estuvieran bien en el enchufe, ya que uds saben que las mujeres lo sacan a tirones después que lo ocupan, me refiero al cable, malpensados), y que por ahí esta todavía y aunque esta bastante viejo, esta en buenas condiciones y saca de apuros cuando la enceradora “no se cuantito” se hecha a perder.

Había unas estanterías que estaban llenas de diarios y revistas viejas, me encontré con un tomo del Peneca que empasté el invierno que la Escolástica lo pasó muy mal con el embarazo de la Amanda, me acuerdo que iba a comprar el pan a la Panadería San Camilo de calle Matucana para así pasar al quiosco de la esquina, que parece que todavía esta, le compraba la revista “Confidencias” y que la vieja se la leía de punta a cabo.

Es increíble como una serie de trastos viejos pueden hacer que la mente viaje tan rápidamente por muchos años de la existencia y como, por ejemplo, la radio Telefunken y que todavía funciona, en ella escuché, por onda corta, la transmisión de la final de futbol del 56 donde Brasil se tituló campeón por primera vez y Pele tenia 16 años, se escuchaba como las pelotas, pero eso nos sirvió para conocernos los vecinos de la cuadra, me recordó al paco Valenzuela, un suboficial que trabajaba en el cuartel que estaba por la avenida España y que después me hizo una gran paleteada de comprar en la Cooperativa de Carabineros mi viejo refrigerador General Electric, estaban chiquititos los cabros y ese verano se enfermaron de la guatita de tanto comer helados que la Escolástica hacia en esos moldes de aluminio.

Me encontré con un soplador de azufre que si lo abría el fuelle de cuero se habría roto y que usaba para las aplicaciones que por esta fecha le hacia al parrón del patio para evitar los hongos, ¡que cosas…! miro ahora el patio y veo como el tiempo ha pasado también por los maceteros y las plantas que con tanto esmero la vieja cuidaba, hace años que ya no pinto los muros y menos las estructuras metálicas que me hizo un correligionario que trabajaba en la Maestranza de San Bernardo y que era muy yunta del Navarro, claro que todavía están los mesones, los caballetes y las bancas que poníamos debajo del parrón en el verano y ahí casi todos los fines de semana almorzábamos y la mayoría de las veces con visitas, tanto de familiares como de amigos y luego la infaltable siesta en las sillas de playa mientras las mujeres levantaban la mesa y lavaban la loza, y ahí ellas aprovechaban para copuchar y hacer su propia asamblea femenina.

La estructura metálica del parrón tiene unos ganchos que permitía afirmar unos paños de carpa que usábamos impajaritablemente cada 16 de Julio, cuando le celebrábamos con bombos y platillos “las carmenes” a la Escolástica, porque ella nunca ha querido que le celebremos el cumpleaños aunque igual la saludamos.

No me logro explicar como podíamos hacer rendir tanto el sueldo, o que los sueldos eran mejores o las cosas mas baratas, cualquiera que sea la explicación la respuesta es la misma, la modernidad nos ha hecho más pobre a los trabajadores.

Como no echar de menos esos tiempos, no había Metro ni Transantiago, no habían Multitiendas ni Mall, se pagaba al contado o con letras o simplemente a los departamento de bienestar o ayuda social de las empresas, las cosas duraban mucho mas… “te acordás hermano, ¡qué tiempos aquellos!...

Cuando íbamos al Estadio Nacional a ver los clásicos universitarios, emocionarnos con Cocoliche, vi jugar al Rata Muñoz, al Tigre Sorrel, al Sapo Livingtone, al Pulpo Simian, después los goles del Tanque Campos, las cachañas del Nino Landa, las atajadas espectaculares del flaco Nitche, los "bombazos" del Cua Cua Hormazabal, la ternura de la Carlota Ulloa Bercher, el porte de la Ismenia, los malabares de Thompson o Salvadore… la gracia y elegancia de la Marlene Arens, las onces en el Santos y las salidas nocturnas al Pollo Dorado o la Quinta El Rosedal…

Putas que se pasa rollos uno, cuando la vieja no esta en la casa, me pregunto, y ¿qué voy a hacer si la vieja se me muere antes que yo?… o si a mi me llega el “alemán” y empiece a hacer y decir puras tonteras…¿saben?, mejor dejo esto hasta aquí sino me voy a ir de bajón y solo, capaz que hasta se me ocurra tomar agua y eso si sería pecado mortal.

Ah lo último, nos entreteníamos escuchando programas como La Familia Chilena de Gustavo Capaña, Hogar Dulce Hogar con Eduardo de Calixto, La Fiesta Chilena con Pepe Rojas, Residencial la Pichanga de Cesar Enrique Rossell, y el recuerdo imperecedero de las voces de Mirella Latorre, y Eliana Meyerholz, que en mi mente serán las eternas “jovencita de la película”.