La Historia de la Humanidad está plagada de casos de pueblos que han
sucumbido por haber perdido sus costumbres, y por consecuencia su
cultura, como así, de modo contrario, los pueblos que han mantenido su
identidad y sus culturas, a pesar de las modernidades tecnológicas, aún
se mantienen vigentes.
Hoy tenemos pueblos como China, Japón,
Ingleses, gitanos que son perfectamente identificables, algunos, porque
dentro de su tradición está establecido vínculos de pareja solo entre
los suyos, otros, que a pesar de las mezclas migratorias, las
descendencias terminan asimilándose a la cultura y costumbre de los
pueblos que los acogieron.
En muchas oportunidades he hablado de
los grupos hidropónicos, que son aquellos que les basta un poco de
“agua” para sobrevivir, los expertos no recomienda el uso de las
semillas de las plantas hidropónicas, porque las consideran de poca
calidad para nuevas siembras.
En política, la Historia también
nos da testimonio de Partidos que nacieron como respuesta a problemas
puntuales y que en el tiempo ha muerto de “muerte natural”.
Nuestro país no escapa a esa regla, si bien es cierto hay dos
colectividades que a pesar de algunas mutaciones y altos y bajos siguen
de alguna forma vigentes, solo porque representan intereses comerciales,
carentes de doctrina inspiratoria y con dudosos principios sociales y
morales, me refiero a Conservadores y Liberales, hoy asilados y
protegidos en una legalidad mercantilista.
PUEBLO RADICAL.
Lo he señalado en reiteradas oportunidades que el radicalismo es una
FILOSOFIA DE VIDA, y como tal, ha sido un factor determinante en las
costumbres y Cultura Chilena, de hecho ha estado presente desde su
prehistoria como Partido, en los albores de la Independencia, señero a
través de personajes, que pensando en la Patria y su soberanía
territorial como también en la soberanía social, desafió el status quo
durante el siglo XIX, y después de Organizarse como Entidad formal,
Partido Radical de Chile, siguió siendo ariete en materias sociales, en
los diferentes ámbitos e las necesidades de bienestar de la ciudadanía.
El Radicalismo no nace como producto de un consenso para enfrentar
puntuales desafíos o determinados objetivos, tuvo un desarrollo lento y
sostenido a través de la Historia republicana de Patria, donde
visionarios intelectuales, empresarios y terratenientes, con una férrea
identidad nacional dedicaron tiempo y recursos para que el pueblo, o
sea, el perraje, pudiese acceder a beneficios sociales, educacionales,
de salubridad y lo más importante SOCIALIZACION.
La manera como
la convivencia nacional, desde los hogares se fue plasmando de las
prácticas muy propias del radicalismo, o dicho en otro sentido, la
convivencia del pueblo se fue sintetizando en el quehacer del
Radicalismo.
Es un hecho de la causa que el Radicalismo recibió
mucha influencia de las maneras de actuar de la Masonería, que a
diferencia de otras Colectividades que nacieron y tuvieron influenciadas
por la Iglesia Católica marcaron una gran diferencia en el cómo
desarrollarse, mientras en el Radicalismo había una práctica
democrática, con participación colectiva, en las organizaciones con
inspiración religiosa, eran grupos que actuaban de acuerdo a sus
predicadores o guías espirituales.
Nuestro quehacer radical, a
pesar de los vaivenes que se vivieron en sus primeros cien años, siempre
mantuvo un rumbo y una identidad muy propia, pero tuvo un quiebre muy
catastrófico cuando nuestras prácticas y costumbres fueron o trataron de
cambiarlas por prácticas de organizaciones totalitarias, cambiando el
foco del quehacer político, hecho que hasta ahora no ha sido analizado
con profundo compromiso doctrinario.
Pero así como los ríos se
desbordan, no es para siempre, del mismo modo el Radicalismo ha
comenzado a volver a su cauce normal gracias a la incorporación de
muchos jóvenes, que han sabido ver más allá de las imágenes
distorsionadas que ha proyectado el Partido Radical desde ya hace
décadas.
Aún quedan algunos personeros que insisten en torcer el
rumbo al Histórico Radicalismo, así como otros que luchan por el poder y
el control solo con fines netamente mercantilistas.
Está
viviendo momentos difíciles la Patria, y quienes hoy dirigen los
destinos de Chile, están porque nosotros lo dejamos que llegaran a esas
instancias, los dejamos porque olvidamos la verdadera razón del
Radicalismo, LOS POBRES, los pobres no solo de cosas materiales, sino
también los pobres de espíritu, porque dejamos que le quitaran los
sueños, dejamos que los transformaran de humanos a cosas transables.
Es difícil resumir todo lo que hemos abandonado, y eso es como
consecuencia del abandono de nuestras prácticas, de nuestra doctrina, DE
IGNORAR lo que aportaron nuestros antecesores, porque quienes nos
dirigen lo hacen como interventores de una empresa en quiebra.
Los
actuales dirigentes, con respecto a la Doctrina, y a modo de
comparación, son como en la Iglesia Católica, cardenales que no se saben
persignar ni el Ave María.
¿Solución?, una sola, volver a ser Radicales.
Nabuco.
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